"Más ambulancias, menos cuidados: la paradoja de Semura de Alcobendas con la tercera edad"

Artículo de opinión del portavoz de Más Madrid, Mariano Cañas

La implantación del Servicio Municipal de Urgencias de Alcobendas y Rescate (SEMURA) en septiembre de 2024 fue anunciada como un avance histórico, con una inversión de 2,64 millones de euros. Sin embargo, tras el titular triunfalista del Partido Popular se esconde una realidad alarmante: hoy en Alcobendas no todos los vecinos reciben la misma atención sanitaria urgente.

Antes de SEMURA, las ambulancias de Protección Civil apoyaban al SUMMA y acudían a cualquier aviso cuando estaban disponibles, incluidas las residencias de mayores. Ahora, pese a contar con el triple de ambulancias se aplica un triaje previo que excluye sistemáticamente a las personas mayores que viven en residencias, Además, la gestión de estos avisos recae en la Policía Local, cuando debería corresponder exclusivamente a personal sanitario cualificado.

El Ayuntamiento presume de mejorar los tiempos de respuesta y de menos de seis asistencias diarias, pero esas cifras solo se sostienen rechazando los avisos más complejos y lentos, como los de las residencias. Con más personal y más ambulancias no se conduce más rápido y se tarda menos en llegar desde que sale, se prestan más asistencias: simplemente, ahora se eligen los servicios que mejor maquillan las estadísticas. Mientras tanto, cuando se requiere un servicio desde una residencia ambulancias disponibles permanecen paradas.

Resulta inaceptable que decisiones sanitarias las tome la Policía Local y no personal cualificado, y aún más grave que se discrimine por edad y lugar de residencia. Este modelo recuerda peligrosamente a la gestión de Ayuso en los peores episodios de la pandemia con sus protocolos de la vergüenza y sus 7291 mayores que murieron en residencias sin ser derivados a los hospitales. No podemos permitir que la salud dependa de dónde vivas ni de la foto política del día. Restablecer la atención a todos los mayores de Alcobendas no es una opción política, sino una obligación moral y sanitaria.