Artículo de opinión de Rocío García, candidata a la alcaldía del PP de Alcobendas
Esta legislatura está llegando a su final y hay que hacer balance. El partido comenzó con una gran sorpresa: Al equipo popular, al que los vecinos dieron su apoyo mayoritariamente lo mandaron al banquillo, y los suplentes se juntaron en un pacto surrealista para salir de titulares. No era un equipo pensado para ganar, si no conformado para alcanzar el poder. Sin estrategia, sin hoja de ruta y con desavenencias. Tras una primera parte agónica; una parte del “equipo” C’s saltó por los aires a mitad de legislatura al destituir a su capitán. Este, lejos de retirarse, se unió a la oposición para intentar meter goles a su equipo.
Tras un nuevo giro inesperado, tras el jaleo en el descanso, al ala socialista de este “equipo” no le queda más remedio que fichar al extremo izquierdo que estaba en el banquillo. Así, el “equipo” Frankenstein intentó jugar, pero el mal juego estaba cantado y el bochorno de los vecinos asegurado. Partido a partido, pleno a pleno, el desgaste por la falta de iniciativa hizo que cayeran reiteradamente en fuera de juego. El cambio de nombre de ¨Los Carriles¨ a ¨Valgrande¨ se vendió como un gran éxito de este “equipo”, pero estamos casi al final del partido y seguimos escuchando promesas renovadas para un proyecto configurado para paliar la falta de vivienda en Alcobendas.
El “equipo” de suplentes heredó una situación económica envidiable, fruto de años de buen
gobierno y gestión del equipo popular. Sin embargo, en mitad del partido tuvieron que pedir a los bancos 15 millones de euros para poder hacer frente a las obligaciones contraídas.
Desgraciadamente, esto no fue suficiente, y hace un par de semanas tuvieron que volver a pedir 15 millones de euros, esta vez en el tiempo de descuento, para poder acabar el partido. Esto significa que nuestro club se ha hipotecado en 30 millones de euros que tendrá que devolver y como sabemos, la mala gestión pasará factura.
El equipo está jugando abajo y con pases cortos, el juego peligroso cada vez se le extiende por más zonas del campo. El césped se mantiene descuidado, las redes de la portería deshilachadas, las líneas del campo sin pintar, las gradas vieron tiempos mejores y la afición quiere que haya cambios. Este gran estadio ha dejado de ser un modelo.
Concluyo optimista, porque estoy segura de que en la próxima temporada habrá un nuevo equipo, que con humildad me propongo liderar, con fichajes con experiencia y capacidad; a la altura que esta gran ciudad merece. Los alcobendenses volverán a estar orgullosos de su camiseta, me comprometo.
