Artículo de opinión de Eduardo Andradas, portavoz de Podemos Alcobendas
Urbanismo sin estética, sin historia o memoria. Aburrido, arquitectura de exuberante hormigón. Eso es el resumen del megahotel que Dragados, quiere colocar en Alcobendas para invadir el cielo.
En sus proximidades se levanta el monte de Valdelatas, patrimonio cultural de la localidad desde el siglo XI. La undécima torre más alta de la Comunidad de Madrid, dará sombra de cristal a las encinas y los pinos de este espacio casi único.
Un diseño arquitectónico “Magaluf”, cero conjuntado con el entorno de bosque de la meseta castellana. Esta construcción será otro error más de ciudad, horadando en ese desarrollo urbano de los setenta del siglo XX, que puso fin aquellas casas solariegas de lo que hoy es el tramo de calle de Marquesa Viuda de Aldama y Libertad. Construcciones sin alma, sin recuerdo y con una modernidad plana.
Nuestro casco histórico pereció y hoy le estamos poniendo numerosos clavos a nuestro mayor ecosistema verde, en un mundo en donde mantener un bosque a salvo, se encuentra ya en la dimensión de milagro.
En la zona que se va a edificar, su origen fue el de sustituir matorral y huerta por área industrial, no por hoteles a lo Shanghái. En vez de seguir el ejemplo de poblaciones como Reyjavik en Islandia, Vancouver en Canadá o Friburgo en Alemania, nos sumamos al crecimiento imprudente.
A la vez debemos estar en positivo con limitaciones por la sentencia que Ecologistas en Acción consiguió sobre “Los Carriles” y que por ahora paraliza el proyecto erróneo de construcción de 8600 viviendas, incluidas de lujo. Como solicité en el pleno antes de la votación, se debería esperar al dictamen. El tiempo nos dio la razón.
