Artículo de opinión de Eduardo Andradas, Podemos Alcobendas
En una época de nuestra historia los liberales iban a las puertas de los conventos a cantar el “Trágala”, ya que mayoritariamente el clero español se posicionaba con Fernando VII y les recordaban que tenían que “Tragar” la Constitución de 1812. Por el apoyo masivo de la jerarquía eclesiástica a los Carlistas (y contra Isabel II), el 28 de junio 1834 muchos liberales exaltados ante los rumores de un ataque de los partidarios del aspirante al trono Carlos María Isidro de Borbón, se dedicaron a quemar conventos por Madrid.
El clérigo Thomas Müntzer levantó la “Revolución del hombre común” contra los restos del feudalismo opresor en Alemania en nombre de Jesucristo. También el Secretario General del Partido Comunista de Checoslovaquia Miloš Jakeš, comparó la República Socialista de ese país como una continuación del movimiento husita (Seguidores de Jan Hus) un ámbito cristiano reformador del Siglo XV. Conocido es el caso del poeta y sacerdote Ernesto Cardenal ministro de cultura del gobierno Sandinista en Nicaragua entre 1979 y 1987 o el caso del cura el “Padre Llanos” militante del PCE y CCOO desde el Pozo del Tío Raimundo. Menos divulgada es la del cura Francisco González Fernández de Mijas, asesinado en 1938 en Málaga por los fascistas por apoyar a la República. Todos estos interpretaron que su religión debería estar con el necesitado, la democracia y la opresión. Lejos de los curas del trabuco (Jerónimo Merino) o la Navaja, como Martín Merino Gómez que le asestó una navajada a Isabel II por liberal. Recordar que el Papa Pío XII que cualquier católico Italiano que apoyara al Partido Comunista sería excomulgado. Pero a la vez, pedía el perdón a los criminales de guerra nazis condenados a muerte. Se puede rezar al mismo Dios, pero desde diferentes ángulos. Y se puede ser ateo y coincidir en valores y fines con un católico. (Yo mismo me siento representado por los que cité en estos párrafos y sin perder mi alma de trienio liberal).
Me contaba Pepe Fernández militante del PSOE allá por 1979, que acordaron que el alcalde Carlos Muñoz no presidiera procesión alguna, ya que la Constitución de 1978 señalaba al estado español como “Aconfesional” que ninguna religión tendrá carácter de institucional, sin que privilegie a unas u otras. Así lo entendían los socialistas de esa fecha.
Que el alcalde vaya a una procesión por sus creencias espirituales es su libertad, pero no es lo mismo presidir como autoridad política principal de la ciudad un acto religioso, porque en esta localidad él también representa a los agnósticos o ateos existentes. Tampoco sería lógico que presidiera en su figura de regidor un acto de otra religión sea musulmana o Budista. Otro hecho sería que como actividad con rasgos culturales una invitación sea recibida por la concejalía de Cultura, lo mismo que si fuera un Congreso de agnósticos, entiendo que se aceptaría la invitación.
Este quién escribe no presidirá ningún acto religioso en su condición de autoridad institucional, ni de sus labios saldrá tampoco un Viva el Rey como gritó el vicealcalde del PSOE local el día de la Constitución, que la “Carta Magna” mencione al monarca, no hace, le hace a este ordenamiento cosa de Rey. ¿O porqué no se da vivas a los sindicatos que también son mencionados en el artículo 28? ¿O se dan hurras a los partidos políticos que salen en el artículo 6?
Nombrar a la Virgen María, alcaldesa perpetua de la localidad es hacer encoger la democracia. Mi abuela Alejandra Blanco fue una mujer creyente, de ir a misa los domingos y de tener la habitación llena de estampas de santos. Mi abuelo Pablo de Diego, un ateo militante y comunista, ninguno impuso su creencia al otro. Así me enseñaron el ejemplo de respeto, que los valores personales de cada un@ son de la esfera privada y los demócratas el consenso de una sociedad equilibrada e imponer los primeros de Fe en los segundos nos lleva de nuevo a la primera Guerra Carlista y a la edad Media. Y que conste que en 1525 hubiera sido un seguidor de Thomas Müntzer como en 1820 del General Rafael del Riego y hoy en el 2023 soy de la aconfesionalidad del estado.
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