Escuela Semblanzas: Educar a través del arte, vivir a través de la danza
- Lucía Montes Cepeda
- hace 1 día
- 4 Min. de lectura
Un recorrido por el alma de una escuela que ha hecho del arte una experiencia única

En un mundo que tiende a apresurarse y a olvidar lo esencial, hay espacios que se erigen como refugios de sentido. La Escuela de danza y música Semblanzas, fundada en 2014 por Esther Carro y Gorka Gómez en Alcobendas, ha progresado con una premisa clara: hacer del arte una forma de vida.
De Alcobendas a escenarios internacionales
A lo largo de los años, esta escuela ha pasado de ser un pequeño proyecto a representar a España en escenarios de competiciones internacionales, llevando consigo, el alma del folclore español. Participar y ganar en la Global Dance Open 2025 no es, para ellos, una mera meta alcanzada, sino la celebración de un trayecto compartido: el esfuerzo invisible de familias, profesores y alumnas que creen que el arte no es un mero adorno, sino una forma de entender el mundo.
Escuchar una farruca en Birmingham, comentan ambos fundadores, ya es una victoria; es expandir nuestra identidad cultural con dignidad y demostrar al mundo que nuestras raíces tienen la capacidad de trascender más allá de nuestro país.
Espíritu de élite
Semblanzas no es sólo lo que muestran en escena, sino también lo que ocurre fuera de ella. El trabajo que precede a cada presentación se asemeja al de un equipo olímpico: concentración, estiramientos, visualización, preparación física y mental… No se trata de igualar el esfuerzo de un atleta, sino de dignificar el camino del artista, de tomar en serio lo intangible, lo emocional y lo sutil.
Porque la danza también exige cuerpo, mente y alma. Y como en toda competición de alto nivel -declara Carro-, la mente puede ser el peor enemigo. Pero también, puede convertirse en el mejor aliado una vez todas esas inseguridades se transformen en confianza y consciencia de lo que uno representa.
Retos y dificultades
Como toda escuela que persigue la excelencia, Semblanzas ha sorteado innumerables retos, tales como la pandemia y las dificultades materiales. Sin embargo, el verdadero desafío ha sido lograr que todos comprendieran la dimensión del proyecto: no se trataba sólo de bailar, sino de construir obras con profundidad, de enfrentarse a un escenario como si fuera una vida en miniatura y de hacerlo con la responsabilidad y la pasión de un profesional.
La esencialidad del arte
En una sociedad que a menudo relega el arte a los márgenes de lo útil y su inmediata capitalización, Semblanzas nos recuerda que la danza y la música son algo más que un simple entretenimiento: son herramientas de transformación. En tiempos de crisis, lo artístico vuelve a ser refugio y ambos fundadores advierten que “no deberíamos recordarlo solo en su ausencia”. Apoyar el arte no debería ser una urgencia tardía, sino una presencia habitual en las políticas educativas y culturales.
En otros países, quienes logran triunfos en este tipo de competiciones son reconocidos y apoyados. En España, todavía queda aún mucho camino por recorrer. Las compañías profesionales son pocas y las salidas para quienes quieren dedicarse a la danza de forma plena, prácticamente escasas.
El estandarte que les guía
Aun así, desde su rincón de esfuerzo diario, la escuela mantiene su lema con firmeza: todo es cuestión de actitud. No se trata únicamente del talento, sino de la decisión de persistir y de sacrificarse por algo que uno siente desde dentro.
Para todas y todos aquellos que se replantean formar parte de un proyecto como este, el mensaje que lanzan desde Semblanzas es simple: “Si tú tienes ganas, cree en ti. Aquí en Semblanzas estaremos encantados de guiarte y acompañarte en el camino”.
Más allá de los premios: crecer desde dentro
Los próximos pasos para la escuela no están definidos por nuevas medallas, aunque no las descartan. Su verdadero objetivo es mantenerse y, en el arte, mantenerse no es simplemente sobrevivir, sino seguir creciendo y evolucionando. Porque incluso si no se llega a ser profesional, vivir el proceso con la misma intensidad ya es un logro en sí mismo.
Las y los alumnos no sólo aprenden coreografías, sino a vivir como artistas. Comparten camerinos, se acostumbran a las luces y a los sonido, conviven entre profesionales…Y lo más importante: se sienten parte de algo grande.
Entre el arte y la vida
Hablar de Semblanzas es hablar de unidad. La escuela es más que un espacio para bailar: es un lugar donde se entremezcla la historia, la literatura, la pintura y, en definitiva, la vida misma. No solo se enseñan pasos, se cuentan historias. Cada obra es una propuesta con sus propios mensajes, una invitación a reflexionar y a sentir. En ese camino, los alumnos no son simples ejecutantes; son intérpretes y compañeros de viaje.
Aprenden a trabajar en equipo. Crean vínculos que los acompañan más allá del aula. Se convierten en “pequeños profesionales” que entienden que cada ensayo y cada competición es también una lección de vida.
Para Semblanzas, la danza y la música son pretextos para enseñar algo mucho más profundo: una forma de entender el mundo. Las obras no son meros escaparates del aprendizaje técnico, sino construcciones colectivas con ideas y significados. Los alumnos investigan, opinan y se implican, convirtiéndose así, en personas más humanas.
La escuela defiende lo significativo. Cree en la fuerza del arte como forma de resistencia, como manera de vivir. Y en ese empeño, cada logro compartido, se convierte en una celebración de lo que realmente importa.