Amaya Valdemoro, leyenda del baloncesto femenino español, recibió el pasado 2 de mayo la Medalla de Plata de la Comunidad de Madrid, de manos de la presidenta Isabel Díaz Ayuso
Quién nos iba a decir que en pleno siglo XXI la virtud y los valores fueran atributos casi desconocidos o que pasan de puntillas por nuestras vidas sin prestarles mucha atención. Siendo indispensables en el buen desempeño de la actividad humana.
Pero esta intrahistoria está cimentada precisamente en ellos. Concretamente en el verano del 90 cuando disfruté unas inolvidables vacaciones con la familia Valdemoro-Madariaga. Aún perdura en mi memoria aquella placidez estival junto al mar,la reunión alrededor de la mesa, la hospitalidad de la madre de Amaya y la amabilidad de su padre y el recuerdo de una adolescente que apuntaba maneras en la práctica de cualquier deporte. Y que siempre salía victoriosa:,nadando,jugando al voley, fútbol y un larga lista de prácticas deportivas.
Y todo ello fundamentado en valores y virtudes inculcadas desde el seno familiar. Ingredientes indispensables para tener éxito en cualquier ámbito de la vida y en este caso en el deporte. No es necesario recorrer la carrera profesional de Amaya para conocer sus triunfos y hazañas. Eso se lo dejo a aquellos que se nutren del recuento de los premios y currículums,pero sí quiero detenerme y hacer hincapié, en que tener éxito en la vida pasa por dos factores importantes; el primero es aceptar los designios del destino; aquellos acontecimientos que suceden en tu vida y que no dependen exclusivamente de ti. Y eso lo conoce de primera mano Amaya,con la pérdida de su madre siendo una adolescente ,la pesadilla de las lesiones ,el bloqueo psicológico y su estancia en Rusia. Elementos que han forjado un carácter de luchadora infatigable. En segundo lugar, y quizá el factor más difícil de llevar a la práctica el de ser partícipe de nuestra idea de lo que es el éxito y cuál es el modelo de vida que queremos seguir. En una entrevista Amaya afirmaba "que había tenido suerte en la vida",pero esa suerte es el producto del esfuerzo y la constancia valores que la han alzado a lo más alto.
Términos innegociables en el camino a la cima del éxito,en ocasiones repleto de obstáculos, siempre acompañada por el recuerdo de su madre Amaya,su padre Álvaro, su hermana Virginia y su tío Fernando quien la inició en el mundo del basket.
Haciendo eco de sus propias palabras de lo que es el éxito.
“Es la recompensa al esfuerzo y a la constancia, sin más. Es el resultado de un trabajo, que no se te debe subir a la cabeza. Todos en la vida tenemos un propósito y hay que hacerlo con alegría, constancia y sacrificio”
Amaya Valdemoro Madariaga está considerada como la mejor jugadora española de baloncesto de la historia. En su palmarés figuran tres anillos de la WNBA, la participación en los Juegos Olímpicos de Atenas, en (2004),Pekín (2008),y numerosos trofeos. Jugó en las ligas española, estadounidense, brasileña, rusa y turca. Ya retirada de las canchas, Amaya es coach y conferenciante ,comentarista deportiva en Movistar Plus. También ha publicado dos libros infantiles “Los Trugos y el Enigma del trece”y “Los Trugos y la trampa del mapache”. En el 2015 se publicó su biografía escrita por el periodista Julián Redondo” Nací luchando”.
Amaya es baluarte y espejo para otras mujeres,defensora del esfuerzo y los valores del deporte femenino y un icono del empoderamiento de la mujer. Enhorabuena Amaya.
Por Chema Vega
